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Socialismo: crecimiento, riqueza y bienestar

SOCIALISMO: CRECIMIENTO, RIQUEZA Y BIENESTAR
Por CríticaPolítica1
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El socialismo es un sistema de organización social, política y económica que se fundamenta en la supresión de la propiedad privada de los medios de producción y la distribución de la riqueza de manera igualitaria. Tiene un profundo trasfondo filosófico detrás (fundamentado en el marxismo), pero lo dejaremos al margen.
Como nota aclaratoria, en este artículo nos referiremos como "países socialistas" a los países que tradicionalmente se han llamado también "países comunistas" (en realidad, el comunismo sería la fase superior del socialismo, con la extinción del estado). No nos referimos ni a los países capitalistas de fuerte tendencia socialdemócrata (como Noruega), ni a países capitalistas con gobiernos de tendencia socialista (como Venezuela o Bolivia). Nos referimos a las repúblicas de la Unión Soviética, o países como la República Democrática Alemana o la República Popular de Bulgaria.
Hoy, en un mundo dominado materialmente por el capitalismo e ideológicamente por el liberalismo y la socialdemocracia, los antiguos (y ya desaparecidos) países socialistas son presentados como ejemplos de dictaduras sangrientas (como la URSS de Stalin con sus famoso GULAG, aunque esa historia ya ha sido refutada) o de economías que impedían el desarrollo y causaban pobreza y hambre. En base a estas acusaciones, se ha relegado el socialismo como alternativa al capitalismo a algo propio de trasnochados ignorantes.
Sin embargo, es mentira.
Los países socialistas fueron, en general, países prósperos, que cuidaban socialmente a su ciudadanía y que crecieron económicamente a ritmos y niveles nada desdeñables. De hecho, un estudio señala que, en igualdad de condiciones, el socialismo aporta mayor nivel de vida que el capitalismo y lo supera en multitud de indicadores:
Evidentemente, las condiciones no son nunca iguales. Y menos en esa época para esos países. Tanto la URSS como los países que, junto con los soviéticos, formaron el Bloque del Este, se enfrentaron a muchas dificultades que no existían en el Bloque Capitalista. Muchos territorios estaban devastados por la invasión nazi durante la II Guerra Mundial, la cual se cobró en la URSS unas 26 millones de vidas, millones de hectáreas de tierra cultivable arrasadas e incalculables pérdidas industriales. La alianza económica que surgió en el Bloque Comunista, el COMECON, tenía como principal financiador la propia URSS, que tuvo que reconstruir su parte occidental, además de ayudar a desarrollarse a países eminentemente agrarios (como Bulgaria). En cambio, el Bloque Capitalista tenía su protagonista apenas afectado por la guerra, sin grandes pérdidas materiales en sus fronteras, y su Plan Marshall ayudaba a países que, aunque afectados por la guerra, ya estaban plenamente industrializados.
Por lo tanto, la comparación entre los PIB, nivel industrial y ritmo de desarrollo entre los dos bloques debe contextualizarse debidamente. Pero aquí no haremos comparaciones. Vamos a analizar si los países socialistas fueron realmente países pobres con un desarrollo bajo, o si por el contrario sus economías funcionaron bien, dentro de su difícil contexto.

Empecemos por lo más básico: el Índice de Desarrollo Humano. Este índice mide la esperanza de vida, la alfabetización y nivel de educación (desde primaria hasta la superior-universitaria) y el PIB per cápita.

Si leemos el informe de IDH de 1990, vemos que el IDH de muchos países comunistas era muy alto.
PAÍS/ESTADO
IDH 1990
HUNGRÍA
0,91
POLONIA
0,91
ALBANIA
0,79
RUMANÍA
0,86
BULGARIA
0,93
RDA
0,95
YUGOSLAVIA
0,91
CHECOSLOVAQUIA
0,93
URSS
0,92

Por lo tanto, podemos concluir que el socialismo sí que aporta desarrollo en los países donde se implanta. Estos niveles de IDH se deben a que en los países socialistas la sanidad era universal y gratuíta para toda la ciudadanía, lo que sumado a planes de vivienda públicas que garantizaban vivienda a todos los ciudadanos y una asistencia social amplia (pensiones, vacaciones pagadas, seguridad laboral, pleno empleo casi perpetuo, subvenciones alimenticias, etc) incrementaban el nivel y la esperanza de vida. La educación también fue un puntal fuerte de los partidos comunistas: erradicaron el analfabetismo casi por completo en la mayoría de países y ofrecían educación primaria, secundaria y superior de manera 100% gratuíta a su ciudadanía. Además, el PIB per cápita, en general, se incrementaba constantemente, crecimiento que en muchos casos se vio truncado con la transición al capitalismo a partir de 1990-1992.
Podemos ver que el crecimiento del PIB per cápita global de las 15 repúblicas socialistas soviéticas que conformaban la antigua URSS fue constante y que llegó a los niveles de Nueva Zelanda:

Una de las repúblicas socialistas que mayor crecimiento del PIB per cápita consiguieron fue Eslovenia.
Si hacemos una comparación, entenderemos mejor el grado de crecimiento que puede llegar a tener un país socialista en relación al de un país capitalista:
Como podemos ver, empezando con una riqueza mucho menor, Eslovenia sobrepasó a España y llegó a niveles similares a Reino Unido.

El crecimiento socialista se dio, incluso, en un contexto tan difícil como el de la República de Congo-Brazzaville, en plena época de convulsiones post-coloniales que sacudían toda el África Subsahariana:
Otro contexto muy difícil siempre ha sido el del Próximo Oriente. Ahí el socialismo también aportó desarrollo económico e incremento de riqueza durante la breve época socialista de Afganistán y la de la República Popular de Yemen (estancada durante los últimos años debido a las convulsiones de la región, pero manteniéndose sin decaer):
Podríamos ver muchos más ejemplos, pero consideramos que éstos (de contextos muy variados) dan claro testimonio de que el socialismo no es atraso ni pobreza, sino lo contrario.
Por otro lado, los servicios públicos socialistas siempre han gozado de buenas valoraciones por parte tanto de su ciudadanía como de entidades supranacionales. La sanidad soviética era una de las mejores, según la OMS (entidad nada sospechosa de ser procomunista), y las prestaciones sociales que el estado soviético ofrecía a sus ciudadanos/as eran amplias y conseguían mantener un nivel de vida adecuado, incluso para quienes desempeñaban trabajos con remuneraciones bajas. Como muestra, citamos un fragmento de Heinz Lathe, un periodista que pasó muchos años en la URSS, cuyas investigaciones sobre la sociedad soviética quedaron plasmadas en su libro "Cómo vive y qué piensa el ciudadano soviético", publicado en 1977:

"Los ciudadanos soviéticos disfrutan de los alquileres sociales, que prácticamente no pasan de un 3 a un 5% de sus ingresos. Una empleada del hogar gana hoy un sueldo de unos 150 rublos trabajando siete horas diarias, teniendo sábados y domingos libre, y recibiendo ropa y otros bienes de consumo por valor de más de 8.000 pesetas al año.”

En los estados socialistas no había igualdad salarial: unos trabajos estaban mejor remunerados que otros. Y también había pobreza, entendiendo ésta como el conjunto de personas cuyos ingresos están por debajo de la línea de la pobreza. Sin embargo, la pobreza no se entendía igual en los estados socialistas que en los capitalistas. Mientras que en un estado capitalista la pobreza significa dificultades para mantener la vivienda, para acceder a una sanidad integral o para pagar la educación superior, en la mayoría de países socialistas los pobres tenían vivienda, sanidad integral y educación a todos los niveles plenamente garantizadas. Tenían poco poder adquisitivo y tal vez no podían ir de vacaciones al Báltico. Pero ni caían en la indigencia, ni quedaban excluídos de las universidades, ni morían por falta de acceso a la sanidad, como pasa hoy en día con decenas de miles de estadounidenses.
Un informe de la OMS declaraba que la sanidad soviética era de calidad, universal, totalmente accesible para cualquier ciudadano soviético de cualquier nivel de ingresos y para cualquier habitante de cualquier lugar de la URSS, incluso para los pueblos más pequeños y remotos.
Además, según exponen los cuadros de la página 68 de este libro de Milanovic y Branko, en la mayoría de repúblicas de la URSS apenas había un 1% de pobreza, la cual llegó de manera notable tras la introducción del capitalismo a partir de 1990.
El sistema educativo soviético fue eficaz, universal e inclusivo: integró a todos los niveles educativos a sectores sociales marginados durante el zarismo (pobres, mujeres, minorías étnicas, etc) y no sólo acabó con el analfabetismo en pocos años, sino que consiguió que cualquier soviético, fuese cual fuese su origen social, pudiese acceder al sistema universitario.
De hecho, está demostrado que el nivel de vida de la URSS llegó a ser muy alto desde todos los puntos de vista.

Otro buen ejemplo del que se tiene amplia documentación es Cuba. Esta isla caribeña, cuya revolución socialista llegó en 1959, arrastraba problemas centenarios derivados de la dominación colonial española y de la influencia e intervención estadounidenses: una economía totalmente dependiente de la producción y exportación de azúcar, división social en razón de clase y raza (dominio blanco sobre una enorme población negra marginada), etc. Con el castrismo, el PIB per cápita cubano no ha parado de crecer, excepto durante los primeros años tras la desaparición de la URSS y del Bloque del Este (al que Cuba se integró):
Cuba obtuvo una puntuación de 0,88 en el informe del IDH de 1990. Actualmente, tiene un IDH alto (0,77). Aunque su PIB es pequeño (debido en gran parte al salvaje bloqueo económico al que EEUU lleva sometiéndola desde principios de los 60), es obvio que crece. Además, Cuba fue el primer país latinoamericano en erradicar la desnutrición infantil y tiene una de las mayores esperanzas de vida de América (está por encima de EEUU):

Además, la Cuba socialista ha desarrollado uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo (hay estadounidenses que burlan las leyes de su país para tratarse en Cuba), y tiene la menor mortalidad infantil de América Central y del sur.
Si Cuba ha conseguido todos estos logros con un sistema socialista y pese a las graves dificultades económicas derivadas de la herencia colonial y del prolongadísimo bloqueo económico estadounidense, y teniendo en cuenta también los logros del Bloque Comunista de la era de la Guerra Fría, ¿qué duda cabe sobre la capacidad del socialismo para crear riqueza, aportar bienestar y potenciar el crecimiento económico?

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