Passa al contingut principal

Pompeo, la monarquía teocrática y la Arabia (in)Feliz

Pompeo, la monarquía teocrática y la Arabia (in)Feliz
Por Pablo Ramos




La guerra de Yemen es ya la tragedia (ignorada) de nuestra generación ¿No había oído el lector hablar de ella? No es el tema central de nuestros telediarios por motivos más que obvios: porque estamos con los malos, o incluso porque somos los malos. Este conflicto bélico, que se había cobrado unas 91.000 en junio de 2019, que ha allanado el terreno al cólera (2.556 víctimas) y a la muerte infantil por inanición (84.701 víctimas), se mezcla con la creciente tensión entre EEUU e Irán, país que lleva en el punto de mira del gigante norteamericano desde hace décadas.
Pero, ¿qué pintamos nosotros en este horrible genocidio? Por su parte, Arabia Saudí lleva interviniendo en el país desde 2015, cuatro años después de las protestas anticorrupción que destronaron a Abdullah Saleh, lapso de tiempo durante el cual ha bombardeando con ferocidad a los rebeldes huthíes del Yemen, como se demostró la masacre de más de cien seres humanos en una cárcel de Dharma hace unos meses. Es este el momento para recordar que, en 2018, España fue el cuarto mayor exportador de armas a la monarquía teocrática de Arabia Saudí, país con el que casi se duplicaron las ventas desde el estallido de la guerra. Es decir, no es extraño que las masacres hayan sido peccata minuta hasta ahora, cuando el flujo de hidrocarburos, el leit motiv de nuestra civilización, se ha visto en peligro.
¿Por qué ha ocurrido tal cosa? Porque ahora los huthíes tienen drones, drones y mucho resentimiento. Saben perfectamente que Arabia Saudí es un petroEstado, un país cogido con pinzas de crudo, y le han atacado donde más le duele. Así, el pasado sábado los rebeldes bombardearon dos refinerías, causando la reducción del 50% de su producción. Esto enfureció al ministro de Energía, que calificó al ataque de cobarde, relacionándolo directamente con el “terrorismo” financiado por Irán, aún cuando el ataque no ha causado ninguna pérdida humana. Irán, país que este año se retiró del Pacto Nuclear al ver que EEUU tampoco tenía en sus planes respetarlo, ha respondido asegurando que no tiene nada que ver, que no quiere la guerra, y recordando que sobre Yemen caen bombardeos saudíes diariamente.
¿Qué significa todo esto? EEUU vuelve a ejercer su papel de gendarme mundial. Irán forma parte de lo que el presidente Bush denominó Eje del Mal, un intento algo torpe de crear una analogía entre los diversos regímenes que así englobó y a los del Eje de la Segunda Guerra Mundial. El Estado iraní recibió el desagradable epíteto de rogue state, algo así como Estado granuja, que a vista de los hechos parece hacer referencia a todo Estado que no se pliega a las demandas estadounidenses, que no reniega de su soberanía. El 19 de septiembre, ni una semana después del ataque, se reunían en Arabia Saudí el príncipe heredero y el secretario de Estado de EEUU. Ambos estaban de acuerdo en que se debían de tomar medidas, la circulación del petróleo debía seguir en pie. En una demencial conversación donde aquel que estuvo a punto de atomizar Irán hace unos meses hablaba en nombre de la paz, se confirmó la necesidad de que la comunidad internacional se una para contrarrestar la continua amenaza del régimen iraní y acordaron que el régimen iraní debe rendir cuentas por su comportamiento agresivo, temerario y amenazante.
¿Qué hacer? Es en este contexto que se pone de relieve un detalle histórico, una evidencia no escrita y jamás admitida por sus defensores: el liberalismo defiende la libertad, pero su defensa de la libertad pone el énfasis en la libertad económica, o en otras palabras, en la libertad de la mercancía para moverse de un sitio a otro. En este punto las vidas humanas valen más bien poco, Arabia Saudí puede cometer el peor de los genocidios, pero el mayor defensor del capitalismo, Estados Unidos de América, se preocupará si y solo si el flujo de los hidrocarburos está en peligro. Es la condición sine qua non para que la Guerra contra el Terrorismo vuelva a las andadas. Pero ¡cuidado! Terrorista puede ser cualquiera, especialmente si molesta.

Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

SOCIALISMO EN ÁFRICA: LA REPÚBLICA POPULAR DE CONGO (BRAZZAVILLE)

SOCIALISMO EN ÁFRICA: LA REPÚBLICA POPULAR DE CONGO Por CríticaPolítica Que el socialismo es capaz de crear grandes tasas de crecimiento y una riqueza notable ya lo vimos en otro artículo . Hoy analizaremos un caso muy particular: la era socialista (1970-1991) de la actual República del Congo (o Congo-Brazzaville, no confundir con la vecina República Democrática del Congo, o Congo-Kinsasha). A partir de 1961, un gobierno socialista tomó el poder en Congo-Brazzaville, y en 1969-70 un nuevo gobierno convirtió el país en un estado socialista" aplicando los principios del marxismo-leninismo y manteniendo estrechas relaciones con la Unión Soviética y Cuba. Era un pequeño país con pocos recursos naturales y que arrastraba los típicos problemas de una cruel época colonial: monocultivos que satisfacían los intereses de su antigua metrópoli (Bélgica) y no los nacionales, y diversos conflictos étnicos. Según expone Margaret Sanders en su estudio Measurement of Levels of Living in

SOCIALISMO Y ALIMENTACIÓN

SOCIALISMO Y ALIMENTACIÓN Por CríticaPolítica La necesidad básica principal de todo ser humano es alimentarse. Desde la caída del comunismo en 1991, en los países capitalistas se nos ha metido en la cabeza que el socialismo era miseria, y que en las repúblicas socialistas (tanto las soviéticas, las yugoslavas, como las del resto del Bloque del Este) se pasaba hambre. Es una acusación que ya se ha hecho arquetípica, y evidentemente tiene el objetivo de alejar a las masas de la ideología comunista, especialmente en estos tiempos en los que el liberalismo se está poniendo en entredicho. Vamos a demostrar que es falso, igual que en otro artículo demostramos la falsedad del mantra según el cual el socialismo implica estancamiento del crecimiento y ausencia de riqueza. En los ex repúblicas socialistas no sólo no se pasaba hambre, sino que el nivel de alimentación medio estaba por encima del mínimo indispensable. Pero antes, un comentario acerca de los datos. El portal Our World

NORUEGA. ESTATISMO INTERVENCIONISTA

NORUEGA. ESTATISMO INTERVENCIONISTA.  Por CríticaPolítica Noruega es el país del mundo con mayor nivel de vida y mayor PIB per cápita, que convive con una baja desigualdad y una pobreza bajo mínimos. En efecto, su índice de Gini es de 0,27 (Banco Mundial, 2017) y su pobreza relativa sólo del 7,5% (Burgen Project, 2018). La pobreza en algunos países liberales es vergonzosa teniendo en cuenta sus PIBs per cápita. Por ejemplo, en Singapur, según este informe , la pobreza absoluta es del 12%, y la relativa del 26%. En Hong Kong, según su propio gobierno , la pobreza llega casi al 15%. Nada raro, teniendo en cuenta la inmensa desigualdad que hay: el índice de Gini de Singapur es de 0,38 (Statista 2020); el de Hong Kong, de 0,54 (HK Social Indicators, 2016).   El nivel del PIB per cápita noruego supera al de los países más liberales del mundo: El objetivo de este artículo es mostrar que las economías estatistas, es decir, que se encuentran fuertemente intervenidas por un estado enorme (el cu