CRÍMENES DEL CAPITALISMO (III): HAITÍ
Por CríticaPolítica
Durante el verano de 2019, pudimos ver este vídeo por las redes sociales:
Algunos países han sido más maltratados que otros por el capitalismo. Y algunos han sido brutalmente ocupados, expoliados y asesinados para enriquecer al gran capital occidental. Uno de ellos ha sido Haití.
Esta mitad occidental de una isla caribeña próxima a Cuba ha sido víctima de las políticas coloniales francesas, la ocupación norteamericana (y sus habituales apoyos a dictaduras salvajes -en Haití fueron los Duvalier-), la pérdida de su soberanía alimenticia en favor de los intereses estadounidenses y, tras el terrible terremoto de 2010, llegó el capitalismo del desastre: Haití se convirtió en un área de inversiones capitalistas mediante las cuales centenares de empresas e inversores hicieron negocio con la miseria y la desesperación del pueblo haitiano.
Hoy, y después de la intervención continuada del FMI y el BM (con sus desastrosas consecuencias para esta república, cuyo pueblo ha combatido siempre las políticas neoliberales de estas dos entidades), así como de las injerencias estadounidenses y de otros países capitalistas que han financiado Haití a cambio de políticas neoliberales, promoviendo la privatización de bienes básicos y de empresas públicas (así como de la educación) y la liberalización de precios (que siempre ha implicado el alza de precios de productos básicos como alimentos, medicamentos y combustible), la situación socioeconómica en Haití es desastrosa. El progreso ha sido mínimo en algunos pocos indicadores, y la tónica general es la miseria. Pobreza y hambre cuya causa está en los intereses del capitalismo internacional.
Su PIB per cápita se desplomó a partir de las políticas neoliberales de los 80:
Su ingesta de calorías per cápita apenas ha visto mejoras en los últimos años, y para este indicador fue desastrosa la intervención neoliberal del BM y del FMI, así como las políticas estadounidenses para socavar la soberanía alimenticia de Haití. Además, en los últimos años, al mismo tiempo que aumenta la pobreza general, también aumenta el precio de los alimentos básicos.
El número de afectados por SIDA en la infancia es escandalosamente alto y ha ido en un terrible aumento continuado hasta 2010, año en el cual llegaron decenas de ONGs y empezaron a paliar un poco la situación:
El número de personas infraalimentadas es terriblemente alto, y apenas ha mejorado un poco tras tres décadas de políticas neoliberales. De hecho, en las últimas dos décadas ha empeorado:
En cuanto a porcentaje, ha pasado de un 55% a un aún dramático 45% en 16 años.
Por si todo esto fuese poco, los haitianos cada vez deben pagar más dinero directo de su bolsillo para acceder a la sanidad. Algo terrible en un país con tanto desempleo y con unos ingresos individuales muy bajos para la mayoría de la población:
Desde los años 80, y debido al alza de precios que impuso el BM sobre el queroseno (que es el combustible que utiliza el pueblo haitiano para proveer de energía sus hogares) el consumo de energía per cápita se desplomó. Podemos ver que, justo a partir de 2010, hay un incremento enorme de este indicador. ¿Cómo es posible, tras el terremoto? Sin duda ese incremento no responde a un incremento del consumo energético real del pueblo haitiano, sino al consumo de las empresas capitalistas que aprovecharon el desastre para hacer negocios en Haití.
Algunos defensores del capitalismo alegan que Haití ha mejorado en su IDH, lo cual es cierto:
Sin embargo, esta mejora en su IDH no responde a una mejora real de las condiciones de toda la población, que como hemos visto ha empeorado, sino a las mejoras que ha comportado para la élite económica haitiana (aliada del capitalismo internacional): ellos sí que viven más años, han incrementado la educación de sus hijos y han visto su nivel de vida mejorado. La mayoría del pueblo haitiano, sin embargo, lleva décadas de lucha social y de clase para mejorar sus vidas y rechazar las interferencias capitalistas en su soberanía política, alimenticia y social. Cuando hay alguna medida social positiva en Haití, es debido a la lucha del pueblo haitiano contra los intereses del capitalismo mundial en su territorio (como en el caso de la suspensión de incremento de precios de los combustibles en 2018). Como muestra de que su incremento del IDH significa poco para la mayoría de la población (y por si no fuesen suficientes el resto de datos aportados), veamos las previsiones sobre la pobreza en Haití para las siguientes décadas:
Según estos datos, la pobreza extrema en Haití se reducirá sólo un 9% en los próximos 15 años (contando desde 2015). O sea, un 41% de haitianos serán totalmente miserables aún en 2030, cuando hayan pasado ya 50 años de liberalizaciones, privatizaciones e inversiones extranjeras para hacer negocios. Lo que sí ha mejorado sustancialmente son los ingresos de los grandes capitalistas internacionales y las élites económicas haitianas.
En conclusión, Haití es uno de los países más maltratados por el capitalismo mundial, y al mismo tiempo uno de los que más ha peleado contra este sistema perverso. Sin duda, su rebeldía ejemplar ha sido uno de los motivos de las despiadadas intervenciones económicas y ocupaciones militares. Haití nos da el ejemplo de lucha rebelde contra el capitalismo y, por desgracia para este pueblo, nos ha mostrado una de las caras más inhumanas del capitalismo en forma de desprecio hacia un pueblo y de implementar negocios lucrativos a costa de la miseria y la desesperación de una ciudadanía golpeada por la pobreza crónica y un desastre natural terrible.
Muy buen artículo. Es horrible cómo puede haber personas que defiendan el liberalismo y su sistema económico capitalista. La Ética es algo que rechazan frontalmente. Saludos.
ResponElimina